hoy me humilla una sensación de aburrimiento, muy grande.
los demás, los hombres en lo demás,
porque habiendo sido invitada quedé la noche en silla y no extrañé.
y vos te aburrías en la máquina y yo podía mi espíritu
hacerlo flotar y no extrañé.
pienso reiteradas veces en las escenas de anoche, en las escenas de anteanoche. se introdujo en estos dos días una serie de hombres y mujeres que piensan y además, piensan que son pensadores. esto lo saben, y lo perciben. creería que leen pensando también, en esto.
no hay nada para disputarle a las páginas que dobla las horas de otro.
sé que mínimos temblores hacen perder en absoluto
las únicas piedritas de la vuelta a casa.
sé que en casa no hay alguien como vos
y sé que volver no es precisamente acariciarte
la amplia frente donde reposo.
sé que no reposo y que vos no estás
a la espera de las casas a las que no llego,
a las que no sé volver.
bajé del taxi arruinada por un prolongación menor.
te ví lunático y dispuesto en una esquina donde
íbamos a encontrarnos tantas veces.
pagué de más. vos eras neutro. un fantasma, podría decir,
vos eras un fantasma que había trabajado durante la noche
mientras yo olvidaba.
cuando te abracé, sentí que morir era parte de esas cuadras
y que vos lo sabías y yo empezaba a entenderlo.
te amé. a pesar de vos. amé mi olvido y mi regreso.
estoy convencido que no puede ser una opinión de horas y cuáles, esto que hemos derivado, y dado a la crítica. ahora me humilla esta sensación. ahora la sensación de un aburrimiento parcial. por otra parte, por la parte que escribe y se ilusiona con el aburrimiento causado por el trabajo. por esa parte, tengo recuerdos de leer los muchos libros que deseo. hoy dejamos cuatro o tres manos en los libros que tomamos y nos prometimos. esta tarde como buitres o tiburones. circulamos la certeza de nutrición. pobre, dice, a cada mujer, pobre.
mi aburrimiento está al paso tuyo, amor.
me lavo la cara y remojo las manos en un fuentón. despertarse es simple. me lavo la cara y remojo las manos en un fuentón.
estoy cerca de la impotencia, de la potencia. de la tormenta, o el ojo ciego que golpea. o la tormenta, o su sueño. cercás mi impotencia, la potencia. te pego a mi impotencia, la impotencia que tendría. porque estoy al paso. mi aburrimiento es el escándalo que quiero. formás eso, muy a pesar tuyo. tengo tu límite acá, sostenido. tiburona. ahí donde ya no lo tenés. lo tengo ahora. es un alivio para un hombre cruzado. en la cruz. entre la cruz y las espinas de la cruz. en la cruz. entre lo que hubo de placentero de esa escena, en la cruz. y la fuerza de brutalidad que la gravedad y el agotamiento al hombre, por jesús martirizado. le ahorró.
mi aburrimiento es el escándalo que quiero
tu aburrimiento es el escándolo que quiero
mi olvido es la fuente donde mojo la cara, despierto y vuelvo.
mi olvido es el escándalo, mi amor, que quiero despertar.
mi olvido es amor, la fuente.
tengo lejos, aunque no más que nunca, y sí, lejos. no te busco, y entonces. tiene razón esta distancia. y aunque por eso estés todavía lejos. todavía no me fui a cenar con este hambre. no me vas a limpiar la cara. no vas a inventar mi tradición. ya la tengo. ya me tuve. sabés ya me tuve. eso. la constancia es. supongo. lo que no relego, ni concedo, ni.
en tu oportunidad, para tu ocasión. ya me tuve, y estaría así. que me voy a tener. sabés eso, libremente. tal vez eso te sepa dar lo que das también, con esa constancia. con eso me terminas, dando. mujer. que tus piernas cortadas a la mitad, entre tus piernas y el suelo de la cama. que precisamente eso, me tome. unos segundos, me ría. me ría. que muy a pesar tuyo, te ame.
a me tuve, y estaría así. que me voy a tener.
te tuve. eso lo sé por deficiencia.
como un médico sabe que no alcanza a curar a su paciente
que muere y no explica de qué.
/ si este pasado no fuera una promesa/
te tuve como los médicos a los pacientes que se les mueren
y no saben decirles qué, cómo, cuándo ocurrió
/si este pasado no fuera porvenir, el más próximo,
el más ajustados de todos los futuros/
te tuve entre mi alma y la mía. ahí, donde está el cuerpo que enmendás.
titiritero, te tuve. sostuviste mis cuerdas. hagamos que sí.